El camino más fácil, no siempre es la solución adecuada, es por ello, que cada vez que presentamos una propuesta a los clientes, le decimos, en base a nuestra experiencia, lo que sería mejor para ellos y, no siempre, es lo que ellos pedían inicialmente.
En este artículo, queremos contarles esta historia de éxito, de cómo, en base a nuestro conocimiento técnico y honestidad, ganamos la confianza de una empresa de papelera transnacional: Protisa.
Para empezar, Protisa es una empresa global con más de 100 años de historia y con presencia en 11 países. Buscan ofrecer los mejores productos de higiene y limpieza personal, mejorando la calidad de vida con productos innovadores para cada etapa de su desarrollo.
Con Grupo TodoClima, buscábamos fortalecer nuestra presencia en el sector industria. Cuando nos invitaron a participar en una convocatoria para revisar su sistema de climatización, aceptamos el reto y postulamos.
Por experiencias anteriores, sabíamos que trabajar con una empresa internacional tan grande era un reto, que, como siempre, estábamos dispuestos y felices de aceptar.
Cuando nos pusimos en contacto con ellos, nos indicaron que querían realizar reparaciones de dos de sus equipos de climatización. Siguiendo con nuestro protocolo de atención, reunimos todas las especificaciones técnicas que nos habían proporcionado y nuestro equipo de ingeniería lo analizó y comentó lo siguiente: Los requerimientos que pedían para cotizar, no eran la solución más adecuada.
Se lo indicamos al cliente, pero este no acepto dicho comentario. Otras empresas le habían cotizado exactamente lo que ellos habían pedido ¿Por qué nosotros no lo hacíamos?
Hablamos con el fabricante de los equipos que ellos tenían y nos hicieron una carta dónde indicaban que, efectivamente, no aconsejaban realizar lo que ellos estaban pidiendo en su convocatoria.
Luego de presentar dicha carta, junto con nuestra solución propuesta, recibimos una increíble noticia: Ganamos la licitación. Nuestra honestidad y compromiso nos hizo obtener dicho proyecto.
El reto había comenzado.
Poder ingresar a planta y comenzar a trabajar, fue todo un desafío, ya que el cliente centra mucho su atención en la prevención de riesgo y seguridad, por lo que tuvimos que pasar por varias etapas.
En primer lugar, pasamos por una Charla de Inducción, la cual es una presentación de la empresa y la explicación de como son los mecanismos de seguridad, los procesos, lo que es permitido y no para realizar trabajos en Protisa. Luego de dicha charla, comenzaron los filtros:
- Exámenes médicos ocupacionales para cada uno de nuestros colaboradores
- Seguro Complementario de Trabajo de Riesgo (SCTR)
- Examen sobre la charla de inducción, en el cuál valoran el rendimiento y retención de las personas que participaron en la charla.
Logramos pasar todos los filtros y ¡ya podíamos ingresar a planta!
Empezamos a la segunda etapa: tener la autorización de realizar los trabajos dentro de planta. Para ello, nuestro personal tenía que ser capacitado según el tipo de trabajo que se iban a realizar, entre ellos, trabajo en altura, caliente, espacio confinado, riesgos eléctricos e izaje de carga. Pasamos por diversas charlas que duraban entre 6 a 8 horas, las cuales, al finalizar, te brindan una certificación. Luego de ello, nos programaron un examen según la charla que se haya realizado.
Una vez superada esta segunda etapa, quedaba el proceso administración interna de nuestro cliente para terminar de autorizar y validar los permisos dados. Sabíamos su estándar es bastante alto, pero el nuestro también lo es, por lo que, seguimos las indicaciones siempre de la mejor manera, logrando cada objetivo que nos planteábamos. Cuando logramos entrar a planta con todos las certificaciones y permisos correspondientes nos pusimos “manos a la obra”. Sacamos, con grúa, los equipos y nos los llevamos a nuestro taller para poder realizar las reparaciones solicitadas. Una vez realizado dichos arreglos, lo primero que hicimos es hacer todas las pruebas respectivas, en nuestro taller, para asegurarnos que no haya ningún problema al momento de regresar e instalar el equipo a planta.
Tener las oficinas o edificios con una calidad de aire óptima, trae muchos beneficios para la salud de cada persona, pero, sobre todo, puede aumentar la productividad laboral en un 20%. Instalar, reparar y tener un mantenimiento constante de los equipos HVAC, genera un ahorro energético y de dinero y la productividad y confort de los colaboradores aumenta considerablemente.
Uno de los valores que tenemos como empresa es el compromiso y honestidad. Nos gusta acompañar a nuestros clientes durante todo el proceso, brindándoles siempre nuestra opinión sincera sobre lo que creemos que le conviene según sus necesidades. Cada cliente es un reto nuevo, uno que estamos felices de realizar y tenemos la confianza de siempre superar las expectativas, brindando un servicio de calidad de inicio a fin.
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